viernes marzo 29 de 2024

El Ojo del Halkón 2016 un año de amores y desamores

Ruben Dario Mejia Sanchez _25_02_12

Por Rubén Darío Mejía Sánchez

No estoy de acuerdo de hacer resúmenes, porque considero que lo pasado, pasado está, pero hay momentos en que la excepción de la regla se da y es lo que está pasando en este momento cuando estamos por terminar uno de los años más complicados y con más enfrentamientos políticos en el país, después de 50 años y de otros tantos cuando se dio inicio al Frente Nacional para evitar el enfrentamiento de los partidos y las muertes absurdas de los campesinos y de otros tantos colombianos en las ciudades y municipios.

Pensarán algunos que estoy loco cuando hago esta clase de comentarios, pero hacía mucho tiempo que yo no veía como periodista un país tan dividido y polarizado como Colombia en el año que está para terminar y todo simple y llanamente por los deseos electorales, los egoísmos y por quienes creen que son los que tienen la verdad en todo y también por los que están ofendidos porque los colombianos no se han dejado manejar como títeres y porque se sienten defraudados que el presidente que ellos ayudaron a elegir no haya seguido sus líneas de gobierno, sino que haya demostrado personalidad e independencia en hacer las cosas. No era fácil aceptar que la derrota de las FARC solo se consiguiera por medio de las armas, sino por medio de un acuerdo, que acercara al país a la paz sin necesidad de derramar más sangre y buscando los diálogos de manera civilizada. Termina el año y los ánimos siguen caldeados, por los resentimientos y por ver los logros de otros.

Me ha dolido en lo que va corrido de este año como se ha hecho la peor de las guerras frías para derrotar a los demás, desconociendo los logros, calumniando y haciendo que el país se polarizara de manera tal que no les interesara el bien común, sino el propio.

Terminan 365 días en donde un Ex presidente se ha hecho sentir como Presidente, y un Presidente que ha fallado en demostrar que es el Presidente por falta de autoridad y quizá por miedo de fallarle al pueblo y ha hecho un plebiscito sin necesidad de hacerlo, por miedo o simplemente complacencia, lo que ha dejado que las cosas sigan igual y gracias, no peor.

Da pena como la Comunidad Internacional ha apoyado el Proceso de Paz en Colombia, y no hablo de los países vecinos y de Cuba, hablo de otras latitudes en donde ven con muy buenos ojos que en vez de seguirnos matando como lo hacemos desde hace 50 años estemos llegando a acuerdos civilizados con uno de los grupos alzados en armas más antiguos en esta región del mundo, mientras que aquí sigamos con los enfrentamientos entre hermanos y poniendo por encima los intereses mezquinos de unos cuantos. Cuando se creía que la intervención del papa Francisco, sería un punto de partida, sin tener en cuenta el asunto religioso sino diplomático y político, todo fue un fracaso porque el Ex presidente Uribe no cedió un ápice y dejó sentado su punto de vista ante el mundo, que lo único que tiene valor de lo que se hace en Colombia es lo que está de acuerdo con él.

Los acuerdos de paz nunca son perfectos y no será perfecto el de Colombia, pero hoy cuando escuchaba las noticias en los diferentes medios de comunicación sentía gran satisfacción al darme cuenta que la celebración de la navidad se había vivido en paz desde la Guajira hasta el Amazonas, desde Buenaventura hasta el Arauca y que solo se presentaron riñas por intolerancia y efectos del licor, cuando las FARC desaparecieron del campo de los ataques a los militares y a la población civil, ejemplo seguido por el ELN que va en camino de encontrar un acuerdo y una reconciliación, lo que debe suceder también cuando volvamos a levantarnos el primer día del 2017.

En el campo económico fue un año bastante variado, con muchos altibajos, en un momento se pensó que la economía tenía un poco de fuerza y se mantenía, pero la incertidumbre en el campo político y en el Proceso de Paz llevaron a que el año termine quizá como uno de los peores de los últimos años según los comerciantes, aunque el Gobierno diga lo contrario, pero éste debe de decir esto cuando el mejor regalo de año nuevo será una reforma tributaria con un 19% de IVA impagable, que afectará a los sectores medios y productivos del país, cuando los grandes beneficiados fueron los que tienen grandes riquezas y quizá los de la extrema pobreza, que según lo que ofrecen tendrán leche y miel para los próximos cuatro años, lo que esperamos que sea verdad.

Quedé perplejo cuando al filo de la media noche uno de los grupos políticos abandonó la plenaria del Senado en plena votación de la Reforma Tributaria y minutos después volvió para defender quitar el IVA a las bebidas azucaradas, considerándolas como de interés en la canasta familiar y apoyando subir el mismo impuesto al 19% al aceite de cocina y a otros artículos de la canasta familiar, eso da pena, porque quienes dicen defender a la clase menos favorecida han caído en el gran error de aprobar los impuestos más altos de los que se tenga nota en la historia de la economía colombiana.

A esta hora no se sabe cuál será el salario mínimo, pues los sindicalistas estaban pidiendo un monto demasiado alto, los industriales se sostenían con un precio no muy alto y el Gobierno no logró ponerlos de acuerdo, lo que hace pensar que no será por concertación que se logre este acuerdo para el 2017 sino por decreto como ha sido siempre.

Nunca he estado de acuerdo con los premios, porque por lo general se le dan a quienes no se lo merecen y eso sucede en muchos campos, en los Oscares se quedan muchas buenas películas sin ser reconocidas, en los premios de música se quedan muchos artistas sin figurar siendo mejor que quienes ganan, en Colombia cuando se entregan los premios a la televisión y al cine sucede lo mismo; y creo que eso mismo puede suceder cuando se entregan los famosos Nobeles, pero debíamos de estar orgullosos que merecido o no, el mundo haya volteado a tener en cuenta a un colombiano, pero aquí parece que somos felices con la desgracia ajena y no con los triunfos de nadie, eso sucede en el caso de nuestros deportistas, principalmente en el fútbol, en donde no falta quien busca bajarle importancia a los logros obtenidos y esto no quiere decir que estoy más feliz que una perdiz por el Premio Nobel de Paz obtenido por Juan Manuel Santos, porque si nos damos cuenta estos premios Nobeles como el de Santos y García Márquez, solo son beneficiosos para quienes los obtienen y para el país la buena imagen, cuando se hablan de ellos, pero muchos deben de estar que se mueren de envidia, pues algunos comentarios sueltos han estado en los medios de comunicación en donde se dice que el merecedor de este o tal premio debía de haber sido X o Y.

Colombia ha tenido momentos brillantes este año, pero es con los logros de sus deportistas tanto en el ciclismo como en el fútbol y otros deportes, en la música, en el arte y otras actividades como en el campo científico y educativo, pero como decía anteriormente el gran lunar y que nos ha dado la mala imagen a nivel internacional ha sido la posición de algunos sectores en cuanto al proceso de paz.

Para finalizar quiero decir que con dolor propio vi este año la polarización y el manejo inadecuado de algunos medios de comunicación, a los que se les olvidó decir la verdad y respetar de manera ética a los lectores, oyentes y televidentes, porque como algunos comentaristas malos de fútbol se colocaron la camiseta descaradamente de partidos políticos y sectores económicos para torpedear el Proceso de Paz y escuchaba algunos comentarios de colegas internacionales, quienes estuvieron de acuerdo que de verdad en Colombia se estaba haciendo mala prensa de la situación local y que en vez de mostrar lo bonito del país y sus logros se estaba dando una mala imagen ante el mundo. Espero nos hagamos una autocrítica y que en el 2017 estemos prestos a mostrar lo bello y grande que tiene nuestra nación.

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