martes marzo 19 de 2024

El Ojo del Halkón Mala imagen

Por Rubén Darío Mejía Sánchez

Parece que el deporte favorito de los colombianos es hablar mal de los demás y sentirnos orgullosos de las cosas malas que suceden en el país, porque les damos tanto bombo y lo difundimos tanto, no solo internamente sino ante el mundo, que pareciera que eso nos llenara de satisfacción.

Cuando se habla de la paz y del Proceso de Paz nos rasgamos las vestiduras y no miramos sino las cosas pequeñas porque las cosas grandes, de verdad nos queda grande verlas, y uno se queda perplejo cuando escucha al doctor Fernando Londoño hijo, hablando sobre el interés de hacer trizas el convenio logrado con las FARC durante las conversaciones de La Habana. Estoy casi seguro que el doctor Fernando Londoño padre, se avergonzaría de las actitudes de su hijo, porque a pesar de haber existido muchos años atrás, era de más avanzada que su propio hijo, el que parece que forma parte de los que odian y no perdonan en este país.

Mirar el Facebook, da dolor de estómago y deseos de vomitar, hay gente que escribe barrabasadas y cosas sin ton ni son, y no estoy hablando de personas común y corriente, hablo de quienes han pasado por medios de comunicación y han figurado; pero que en estos momentos solo destilan el odio y la envidia por quienes logran cosas importantes para el país y sus gentes.

Vivimos en un país de ciegos y lo dijo el gran hombre de Galilea, que no había más ciego que aquel que no quería ver y eso es lo que sucede en nuestras Colombia del siglo XXI, en donde muchos cegados por el odio, la envidia y el egocentrismo no quieren ver los progresos de los demás.

Mirando los titulares de prensa de hace algunos meses, uno siente como una tranquilidad y una paz  que sobrecoge; porque a pesar de estar ejerciendo el periodismo por más de cuatro décadas, nunca me he acostumbrado a la muerte y me aterra cuando a un soldado o guerrillero le quitan la vida, porque detrás de cada uno hay una  familia a la que le duele y llora su pérdida.

Muchas veces hacemos las cosas sin pensar, hablamos sin pensar y sin analizar aceptamos todo lo que nos digan, así nos estén orientando bien o mal y eso lo digo exactamente, porque cuando se habla de las mermeladas en el Gobierno, se olvida que tanto en los sectores de la derecha y de la izquierda es mucho el dinero que se reparte para tener adeptos a sus enseñanzas.

El pueblo, pueblo, la gente de clase media y alta ya están mamados con la pelea Santos – Uribe y es que de verdad el hombre orgulloso del Ubérrimo no quiere aceptar nada y con su séquito de aduladores tratan de hacer que el caos se presente en la sociedad colombiana.

Me sentí triste y desconocí al Alvaro Uribe Vélez que el viernes anterior dijo ante la Corte que había reconocido su equivocación en unos trinos sobre las madres de Soacha y sus hijos, por un asunto de humanidad, no es de humanidad ofender a los demás y decir que un hijo es un delincuente, así lo que se diga tenga todas las bases para comentarlo, el ex presidente Uribe debió de pensar por un minuto en lo que él y Lina sentirían si dijeran que sus hijos son unos delincuentes, sin serlo.

Y cierra con broche de oro con un twitter en donde habla de una gran manifestación en contra de la visita de Juan Manuel Santos a la Casa Blanca y según la foto no hay más de diez o quince personas con una pancarta al frente de la casa de Trump.

No hay nada más importante que uno reconocer sus errores y mucho más, reconocer que los demás también consiguen cosas positivas y como lo dije en una oportunidad, el Uribe que necesita Colombia es el que oriente y guie y no el que desoriente y trate de demostrar que el país va mal, cuando se trata de salir adelante.

En este momento, sería muy bueno averiguar quién está detrás de los paros que se adelantan en el país, porque es muy extraño que paren sectores como el transporte, como la educación y la justicia y sin más ni menos hayan paros civiles en el Chocó, en Buenaventura y en los Llanos Orientales. No estoy diciendo que las cosas marchan a las mil maravillas; pero es que aquí muchos quieren sacar tajada a costilla de otros y creo que son cortinas de humo para evitar que la corrupción sea descubierta en los diferentes sectores de la sociedad.

Se viene una gran oportunidad como son las elecciones del 2018, no hay que tener miedo a que los cuenten, esto hablando de los partidos políticos, ya se sabía que Germán Vargas Lleras iba entrar haciendo ruido y sin aceptar muchas posiciones del Gobierno y una de ellas era no estar de acuerdo con la Reforma Política.

Es la gran oportunidad para los que quieran hacer política de verdad, que presenten propuestas y soluciones y que traten de sacar al país y llevarlo adelante, porque es bueno saber que desde hace varios meses ya no mueren nuestros soldados y muchos alzados en armas están mirando un futuro mejor.

Creo que lo que ha pasado no es que El Proceso de Paz y los Acuerdos de La Habana sean tan malos, sino que quienes desearon figurar en la foto de primera página se vieron perdidos y quisieron demostrar que todo era malo.

La salida en falso de Andrés Pastrana en cuando a la famosa reunión con el presidente Trump, no es solo para Ripley, sino para vergüenza de quien tenga por lo menos cuatro dedos de frente.

Hoy estoy triste y verraco como se dice en mi tierra y es con muchos de los que ejercen el periodismo, una profesión tan digna y responsable, que ha caído en manos de mercaderes, que se han vendido al mejor postor y da pena cuando ya se3 nos respeta como el cuarto poder y se nos califica a veces como chismosas de cuadra y no como quienes ejercemos una profesión que decide el futuro de una nación y del mundo.

El amarillismo es tremendo y lo peor, la desinformación, porque no se investiga y no sé si es que en la academia se le está enseñando al futuro periodista a ser más importante que la misma noticia y el propio entrevistado; a mí me enseñaron que entre más estuviera entre bambalinas, para mí era mejor y para el gremio era una gran ganancia.

No entiendo como un periodista regaña a un entrevistado, como un periodista hace de juez y parte y como se cree que son los amos y señores con la última palabra, y alguien dijo sabiamente que para ser un buen periodista era necesario ser una excelente persona y no se es una excelente persona cuando destilamos odio y cuando queremos acabar a los demás, para quienes son nuestros benefactores ocupen los primeros lugares, así sea acabando con la honra y bienes de los demás.

Quedé asombrado en una entrega de premios para periodistas hace una semana, primero, se entregaron los premios a quienes no tenían que ver con el sector o verdadera fuente de la noticia, y segundo, se atrevieron a decir que declaraban desierto una categoría, porque no se encontraba con la calidad periodística para otorgarlo y me da pena porque ahí el jurado si se equivocó, en Colombia hay mucha calidad periodística, lo que sucede es que por los intereses económicos y políticos no se puede ejercer con libertad el verdadero periodismo.

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