martes marzo 26 de 2024

EmPápate “GRACIAS POR LA VALENTÍA, GRACIAS POR EL CORAJE”

Por Guillermo Romero Salamanca

Fotos:Jame Cifuentes y Tatiana Fernández.

  • Según Enrique Peñaloza, alcalde de Bogotá, un millón y medio de bogotanos salieron a recibir al Papa Francisco.
  • Bogotá vivió una jornada cívica.
  • Emmanuel, hijo de Clara Rojas, fue la primera víctima que saludó el Papa.
  • Los jóvenes de Idipron le pidieron al Papa comenzar con el proceso de canonización del padre Javier de Nicoló.

Bogotá se vistió de fiesta con la visita del Papa Francisco. Con unos minutos de retraso por la desviación que tuvo que hacer por el huracán Irma, hacia las 4 y 30 de la tarde arribó al aeropuerto de CATAM el vuelo AZ4000 de Alitalia.  Cuando el Pontífice descendió por la escalinata el avión fue recibido por el presidente Juan Manuel Santos y su esposa María Clemencia Rodríguez.

Después de ofrecerle el sentido pésame a la primera dama por el fallecimiento de su padre, el Papa Francisco saludó a Emanuel, el hijo de Clara Rojas, que nació durante el secuestro de la política. El niño le hizo entrega de una escultura de una paloma como símbolo de paz.

Con el ritmo de la cumbia y aires caribeños, el Papa extendió su mano a víctimas del conflicto armado que padeció el país por más de 50 años y se encontró también con enfermos, desplazados, desmovilizados y otras personas que han sufrido la violencia.

Minutos después emprendió un desfile por la calle 26, en un recorrido de 12.4 kilómetros, en el cual y según manifestó el alcalde Enrique Peñaloza, un millón y medio de personas salieron a su encuentro. Decenas de venezolanos, peruanos, panameños y ecuatorianos se hicieron también presentes con sus cantos y pancartas.

A LA ESPERA DESDE TEMPRANO

Estudiantes, trabajadores, amas de casa, profesionales y religiosos llegaron desde bien temprano y fueron tomando un pedazo de acera para esperar el paso del papa móvil. A una velocidad de 32 kilómetros por hora pasó impartiendo la bendición apostólica el Papa de 81 años que debió guardar el solideo ante los continuos ventarrones de la ciudad llena de sol y sin nubarrones.

Sólo unos segundos bastaron para que muchas personas se fueran felices para sus casas. Miles de bogotanos con celulares en mano tomaban fotografías y otros querían un recuerdo más del obispo de Roma, que viajaba acompañado por el cardenal Rubén Salazar.

A medida que la caravana avanzaba hacia el Centro Internacional de Bogotá, el número de personas crecía y a la altura de la Universidad Nacional, la vía se hacía pequeña por la multitud de personas que querían estar cerca del Papa Francisco. Unos cuantos niños y uno que otro joven alcanzó una bendición o un saludo de mano.

Los 900 estudiantes y profesores de la Universidad Minuto de Dios que llegaron a la calle 26 con avenida Ciudad de Cali hacia las 7 de la mañana, se marcharon contentos con los escasos 3 segundos que pudieron ver al Papa. “Con esto tenemos, es una gran alegría verle, ya que no tenemos oportunidad de ir a Roma a visitarle”, dijo un estudiante de Comunicación Social.

ENTRE CUMBIAS Y RAP

Bogotá, acostumbrada a los trancones y a la falta de movilidad, vivió una jornada cívica y notaron sus ciudadanos algunos arreglos que hizo la alcaldía con motivo de esta visita. “Lavaron las calles, sembraron plantas, arreglaron jardines y ojalá volviera el Papa para que tapen más huecos”, dijo Matilde García, vendedora ambulante.

A su llegada a la Nunciatura Apostólica, donde pernoctará durante su visita en Colombia, recibió a unos 200 jóvenes de Idipron, el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, que le rapearon, le bailaron, le hicieron peticiones como adelantar un proceso de canonización del padre Javier de Nicoló y le entregaron regalos como una ruana de lana, unas velas  y una biblia hechas por ellos y a su vez recibieron camándulas del Pontífice.

“Gracias por la valentía, gracias por el coraje. No se dejen robar la alegría, no se dejen robar la esperanza. Que nadie se las robe, que nadie los engañe”, les dijo pausadamente y al final les pidió que rezaran por él.

Acto seguido el Papa se adentró a la Nunciatura donde le esperaban una reunión con el nuncio y una comida breve. Así pasó su primer día en Bogotá como Pontífice, el cardenal Jorge Bergoglio.

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