jueves marzo 28 de 2024

La corrupción anda, avanza y no para

12 noviembre, 2017 Opinión, Política Víctor G Ricardo

 Por: Víctor G Ricardo

Pareciera que vamos perdiendo la lucha contra la corrupción. A pesar de los grandes escándalos que supondría que con las medidas que se debían tomar se trancarían las acciones de corrupción, los corruptos siguen buscando como avanzar en su camino de atraco y aprovechamiento para seguir lucrándose de la cosa pública.

No hay un solo día en que los colombianos encendamos las noticias y no escuchemos acerca de un nuevo escándalo, de un nuevo abuso contra la cosa pública. Y es que cuando nuestros representantes, nuestros gobernantes y nuestros dirigentes se ven inmersos en estos temas, no solo están cometiendo un delito; nos están faltando y atacando a todos los ciudadanos que con arduo esfuerzo trabajamos para pagar nuestros impuestos, educar a nuestros hijos y salir adelante.

Es por eso que es absolutamente indignante, triste y nos afecta a todos, la corrupción que estamos viviendo hasta en las Altas Cortes. Es por eso que está en manos de todos los colombianos denunciar estos abusos y hacer que quienes administran nuestro país y los recursos públicos lo hagan con responsabilidad, transparencia y respeto por el manejo e de la cosa pública que se de todos. Esta batalla no ha terminado de empezar. A ninguno ha de extrañar que aún haya muchos casos más que no han salido a la luz pública. Seguramente hay muchos personajes que, independiente que sean funcionaros públicos de tiempo completo, a través de su membresía en juntas directivas de instituciones del Estado, aprovechan su presencia en ellas para buscar recompensas votando a favor de uno u otro proyecto según las conveniencias. Los conflictos de interés son otra forma de aprovecharse del pueblo, de aprovecharse del bien público y buscar partido y un beneficio propio en desventaja de la competencia y de todos los colombianos.

También hay altos funcionarios que estando en la función pública se convierten en socios de empresas multinacionales, adquieren participaciones y, para que sea difícil identificarlos y rastrear el real beneficiario de las mismas, exigen que se constituyan empresas en distintos rincones del mundo, haciendo que sea casi imposible llegar a identificar su titularidad.

Ahora, lo que nos faltaba, es que el funcionario que denuncia estas irregularidades, la interferencia en instituciones de funcionarios del más alto nivel del Estado, son despedidos y no hay ningún instrumento que proteja al denunciante y lo ampare en sus derechos, en beneficio del pueblo entero. Los denunciantes son sancionados o despedidos por, según el gobierno, no utilizar los conductos regulares al delatar estos hechos.

Y lo que es inadmisible es que hasta allí llegan los funcionarios honestos y que el gobierno prefiere despedirlos aunque los escándalos lleguen a sus puertas. ¿Hasta dónde vamos a llegar a este paso? Nuestro Procurador, nuestro Contralor y nuestro Fiscal General tienen que actuar con rapidez en las investigaciones y sus determinaciones, pues de lo contrario también quedarán envueltos en estos escándalos, por acción u omisión.

Esa fue la verdadera razón por la cual el pueblo venezolano votó contra todos los partidos y líderes tradicionales de ese país que en el pasado abusaron y por eso llegaron a elegir a Hugo Chávez. Ahora tienen a Maduro como gobernante, con las consecuencias que el mundo ya conoce. El pueblo tiene su aguante y creo que ya ha llegado a su límite. La verdad es que o hay recuperación de los valores morales y éticos en el ejercicio de la función pública y también privada o vamos directo para el abismo si es que ya no estamos llegando a él. La justicia tiene que actuar. Las entidades de vigilancia deben ser eficientes y tomar medidas ejemplarizantes antes que lleguemos a un punto de no retorno.

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