martes marzo 26 de 2024

Once Caldas: las soluciones

Por Esteban Jaramillo Osorio

Recuerdo cuando el blanco, era blanco. Orgullo de todos. Hoy el blanco… es negro. Vergüenza. Abismo. A lo lejos Maturana con la pesada carga en sus hombros, por el fracaso que no lo excluye. Su experiencia con lustrosa hoja de vida no fue apoyo, planteó combates con todos y vio morir sus proyectos sin solventarlos. Pero no es el único responsable porque la crisis es institucional. Han sido muchos los desaciertos en fichajes, elección de entrenadores y tolerancia frente a la denunciada carencia ética de ciertos empleados. También por falta de conocimientos, o por la confusión de los asesores que, a control remoto, no identifican problemas y soluciones y no tienen ningún vínculo afectivo con el club.

En el cierre del torneo, lánguido, insostenible, con deplorable saldo en rendimiento, resultados y credibilidad entre los aficionados, las acusaciones no comprobadas, sobre arreglo del último partido, son la mancha final que afecta la dignidad y el respeto.

Pero no es el momento de lamentos ni de diagnósticos, pese a estar al borde del precipicio. Henry Ford, legendario magnate automovilístico enseñó en una de sus máximas, que «La mayoría de las personas gasta más tiempo y energía en torno a los problemas que en tratar de resolverlos».

Dos semanas atrás un pre acuerdo verbal con Hubert Bodhert, técnico de jaguares, lo dejó en la puerta de entrada al club.

Hasta hoy el cartagenero es la mayor opción para la dirección técnica.

Sin pasado como futbolista, 13 años como entrenador, acostumbrado a combatir en la parte de baja de la tabla, o en el campeonato de ascenso, Bodhert es reconocido por sus buenas campañas con pocos recursos. Gana hasta ahora el pulso a otros candidatos, entre ellos Luis Fernando Suarez, Carlos Mario Hoyos y Javier Álvarez.

No es solo en la jefatura técnica, donde se necesitan determinaciones claves para enfrentar la comprometida campaña que se avecina. Se requieren jugadores de recio carácter, más que estrellas, que sepan que es jugar en crisis, con dominio de las presiones, acostumbrados a remar contracorriente. Serán la base de la nómina. Con ello la confianza en las fuerzas menores, donde deambulan jugadores con hambre de gloria.

No es coserse la boca para eliminar la crítica.  Es darle dirección al esfuerzo, comprometidos todos, porque el próximo año vencer como reto, será lo único.

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