En Venezuela, no hay censura que pueda tapar la crisis
Por Carlos Villota Santacruz
Twitter@villocol
Luego de más de dos años que el Gobierno de Venezuela expulsara de su país a la cadena televisión NTN24, bajo el argumento que los hechos noticiosos instigaban a la violencia y la desinformación, el turno en la segunda semana del mes de febrero de 2017, fue para CNN en español, luego que publicara un informe especial sobre la venta de visas y pasaportes a ciudadanos Iraníes con vínculos con el terrorismo por parte de la administración Maduro.
Un hecho que no solo visibiliza aún más la crisis del país suramericano, cuya población carece de alimentos, medicamentos, condiciones laborales y económicas dignas, como consecuencia del paso del “tsunami” de la corrupción, el narcotráfico y la disputa interna del “chavismo” por el poder, que no cuenta con respaldo ciudadano y bajo una crítica constante de la comunidad internacional por la forma como el Palacio de Miraflores, busca tapar lo inocultable: la crisis de precedentes de la calidad de vida de los venezolanos.
Con la visita de Lilian Tintori –esposa de Lepoldo López- a la Casa Blanca, la política exterior de los Estados Unidos, coloca en primer lugar a Venezuela. “Es decir, Venezuela no está sola. Tarde o temprano se va a cristalizar el cambio del régimen dictatorial pro la democracia y respeto de los derechos humanos, en un país que hoy tiene 109 presos políticos. El pasado sábado 18 de febrero, López cumplió 3 años preso, en una cárcel militar, al tiempo que Antonio Ledesma –Alcalde de Caracas- cumple 2 años preso este domingo 19 de febrero-
Es decir es una nación donde el terror, el miedo y la falta de oportunidades a sus ciudadanos, no solo ha hecho perder el potencial individual y colectivo de una generación, sino que les ha obligado a salir de su país, en particular a España, Colombia, Estados Unidos y Ecuador, donde hombres y mujeres preparados en la academia, venden dulces en los semáforos, en los buses públicos o realizan oficios de mensajeros, camareros y servicios generales.
Mientras millones de personas se sientan a desayunar y cenar en América Latina, en Venezuela sus habitantes; padecen hambre. Hay crisis humanitaria. Una dictadura que niega y oculta lo que está pasando, aferrado a un poder. Sin gobernabilidad. Sin norte. Sin una diplomacia coherente y objetiva. Viviendo del pasado. De una revolución bolivariana, que ya no existe, solo ante los ojos del presidente Nicolás Maduro. El continente –de este lado planeta cambio- Argentina, Perú, Brasil y Paraguay apoyan el regreso de la democracia en país, que lo reclama a gritos y de múltiples formas, así la cadena de televisión CNN, ya no pueda verse en los televisores de cada uno de sus habitantes.