jueves marzo 28 de 2024

Acotaciones Truman Capote: periodista y escritor

15 octubre, 2021 Opinión José Vanegas Mejía

Por José Vanegas Mejía

Santa Marta, 15 de octubre,2021_ RAM_ Que las cárceles son escuelas para delinquir, es una verdad incuestionable. En los patios de los penales los reclusos permanecen ociosos, sentados en el piso unos, jugando parqués otros y la mayor parte de ellos simplemente observando y dejando que el mundo siga girando.

A estos seres caídos en desgracia, si algo les sobra es tiempo. Aparte de sus emociones y tensiones en prevención de que otros presos no los ataquen, por uno u otro motivo, los internos dedican sus días a contarse sus aventuras, pero, sobre todo, a planear los delitos que cometerán cuando cumplan sus respectivas penas. Siempre ha sido así, aunque la modernidad los ha puesto al día y la justicia les permite delinquir sin tener que abandonar el recinto carcelario.

Un ejemplo clásico de esos pactos o acuerdos entre reclusos lo leemos en una novela muy difundida: «A sangre fría», del periodista y narrador Truman Capote. En esta obra, Dick Hickock, confinado en una cárcel del estado de Kansas, informa a su compañero de celda, Perry Smith, sobre la familia Clutter, granjeros supuestamente adinerados. Al salir en libertad, los expresidiarios asaltan la propiedad de los Clutter y los asesinan en forma despiadada, a sangre fría.

Nos hemos fijado en Capote porque el 30 de septiembre se cumplió un aniversario más de su nacimiento (1924) en Nueva Orleans, Luisiana, Estados Unidos. Su nombre completo era Truman Streckfus Persons. Tomó su apellido del segundo marido de su madre, José García Capote, coronel de las Islas Canarias residenciado en Cuba. A los dieciséis años publicó su primera narración; trabajó en una revista de Nueva York y en el periódico New Yorker. En 1945, a los veintiún años, ganó el premio O. Henry con un cuento. Este galardón es uno de los más importantes que se conceden en los Estados Unidos y permitió que a temprana edad Capote fuera conocido en el mundo de las letras. A partir de ese momento tuvo contrato con varias casas editoras. Posteriormente publicó su primera novela: «Otras voces, otros ámbitos» (1948), en la que plantea abiertamente el tema de la homosexualidad. Con esa obra se convirtió en el escritor más discutido de su tiempo, sin duda por penetrar en un mundo de fantasía y de ensueño que contrastaba con el realismo de la novelística norteamericana, abanderada por William Faulkner, John Steinbeck, John Dos Passos y otros narradores.

Aunque Capote publicó también las novelas «Árbol de la noche», «Color local», «El arpa verde» (adaptada para teatro), «Se oyen las musas», «Desayuno en Tiffany’s», «El invitado del día de Acción de gracias», «Música para camaleones» y dejó inconclusa la novela «Plegarias con respuesta», su obra cumbre es «A sangre fría» (1966), una novela-documento. Su éxito se debe a la experiencia que el autor había adquirido como periodista. En «A sangre fría» Capote reconstruye el asesinato ocurrido en 1959. El novelista, con base en recursos periodísticos, logró estructurar un relato estremecedor, producto de cinco años de labor investigativa.

En más de una ocasión hemos señalado las relaciones entre periodismo y literatura. Sin embargo, no siempre se da ese paso en forma exitosa. Si no se tienen recursos literarios ni técnicas narrativas que permitan la ilación de hechos y acciones en una trama que sirva de soporte a la construcción del discurso, el narrador se perderá en un océano de vaguedades y digresiones; es decir, en un laberinto que se denomina tautología. Eso no ocurre con Truman Capote, representante del llamado «Nuevo periodismo» estadounidense. El autor de «A sangre fría» fue miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras Escribió muchos guiones para cine y teatro. Falleció el 25 de agosto de 1984, en Los Ángeles, California.

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