jueves marzo 28 de 2024

Crecimiento Región Capital, el reto

Martha Cecilia Moreno Mesa

Los nuevos vientos para Bogotá y la región prometen un desempeño del sector positivo en medio de pronósticos no tan alentadores a nivel macroeconómico. Una actitud positiva con acciones sensatas, será la fórmula para aportar desde el sector al desarrollo económico.

Por Martha Cecilia Moreno Mesa

Gerente Camacol Bogotá y Cundinamarca

El año inició con titulares de prensa que hablan sobre lo difícil que será 2016 en materia económica tanto para el sector público como para el privado. Los indicadores económicos que dejó 2015 parecen ser la razón de esta percepción generalizada: la devaluación del peso, una inflación del 6,77 %, el bajo precio del petróleo y el incremento en las tasas de interés, entre otros. Si bien estos indicadores han llevado al sector público a ser más austero y al sector privado más cauto, las razones de su deterioro presentan oportunidades.

La devaluación resulta ser una oportunidad para la industria nacional y las exportaciones, y la inflación es una prueba para el adecuado manejo de la política monetaria, teniendo en cuenta que el incremento de los precios se debe a factores temporales como el Fenómeno del Niño y la devaluación.

Sin ánimo de salirse de la realidad, desde el Gremio reconocemos las oportunidades que se ven en el horizonte. En la actividad constructora en la región, no hay duda que los nuevos vientos traídos por la democracia, sumados a las herramientas que ofrece la política nacional, como el FRECH No VIS en el marco del PIPE 2.0, traerán beneficios y recuperarán la confianza que la inversión necesita para que Bogotá, junto con Cundinamarca, siga siendo la principal economía del país.

Confiamos en que con un aprovechamiento de la devaluación y el desempeño del sector constructor, la industria obtenga un crecimiento de 7 %, según lo pronosticado por el Gobierno Nacional. También se espera que el impacto del FRECH No VIS contracíclico en Bogotá sea mínimo de 8 % en las ventas de vivienda, pues esto es un impulso para los proyectos que están en el rango de precios de 93 y 231 millones de pesos. Con la habilitación de las primeras 25.000 coberturas para este año, de las 50.000 otorgadas por el Gobierno Nacional, Bogotá absorberá alrededor de una cuarta parte.

Esto significaría un gasto público del orden de 125.000 millones de pesos, que estaría moviendo el mercado de vivienda bogotano y generando desembolsos de créditos hipotecarios por aproximadamente 534.000 millones de pesos.

Con las estrategias adecuadas y oportunas, este año debe ser aprovechado al máximo para poner los cimientos de la recuperación del mercado de vivienda en Bogotá y la consolidación de la región.

En el caso bogotano, para emprender la reactivación de la ciudad, el llamado desde el Gremio es a hacer un trabajo basado en tres pilares: habilitación de suelo, fortalecimiento de la demanda y eficiencia en los trámites de construcción. Estamos convencidos de que avanzar en estos tres aspectos contribuirá de manera importante en la construcción de ciudades de calidad.

El llamado es a que como empresarios seamos partícipes en esta coyuntura,  para que nuestra actividad siga siendo un motor de desarrollo, que siga aportando al empleo y al crecimiento económico y social que nuestra región necesita.

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