Real Madrid se clasificó para la final de la Liga de Campeones pese a perder 2-1
Madrid, 10 de mayo_ RAM_ El Real Madrid se clasificó para la final de la Liga de Campeones pese a perder 2-1 en el estadio Vicente Calderón, y se enfrentará al Juventus en Cardiff el próximo 3 de junio en el estadio Nacional de Gales.
El equipo dirigido por Zinedine Zidane aprovechó la renta obtenida en el choque de ida de las semifinales. El 3-0 que logró su equipo en el estadio Santiago Bernabéu fue clave para la clasificación del cuadro madridista.
En el choque de vuelta, para el Atlético de Madrid marcó el 1-0 Saúl Ñíguez con un remate de cabeza a la salida de un córner en el minuto 12, y el 2-0 lo consiguió Antoine Griezmann de penalti. Justo antes del descanso, en el minuto 42, Isco Alarcón hizo el 2-1 definitivo que selló el billete blanco hacia Cardiff.
Atlético, un rival decoroso
El Real Madrid estará el próximo 3 de junio en la final de Cardiff frente al Juventus, porque encontró a Karim Benzema y un gol definitivo de Isco Alarcón en el minuto 42; el Atlético se queda en las semifinales, otra vez ante su ‘eterno’ rival, pero con un mérito incalculable, capaz de expresar en el campo una gesta incompleta. Porque hubo eliminatoria durante 42 minutos del duelo de vuelta.
Ni siquiera el 3-0 en contra de hace una semana apagó la fe del Atlético, un equipo que, demostrado está, no desiste nunca, ni ante el reto más difícil. Ni este miércoles frente a algo que a la postre fue imposible, pero pareció posible casi todo el primer tiempo.
En un cuarto de hora, ya había logrado quizá mucho más de lo creíble para muchos en un enfrentamiento de tales características.
En una agitación extrema, con un impresionante despliegue, a tope de revoluciones, con el rugido del Calderón, con emoción, una puesta en escena desbordante, una ambición incontenible y con dos goles.
Al primer minuto ya lo había intentado Griezmann; al segundo un tiro de Cristiano Ronaldo; en el cinco el imparable Carrasco centró al remate Koke repelido por Keylor Navas y hubo un cabezazo de Fernando Torres; al siete, ya con una tarjeta por equipo, una parada sensacional de Oblak a Casemiro, en el ocho un zurdazo de Saúl.
Sin un segundo de pausa, sin un segundo de tregua, el inicio que quería el Atlético, el que no le gustaba nada de nada al Real Madrid y el gol del conjunto rojiblanco, un cabezazo en el primer palo de Saúl en un saque de esquina de Koke; un 1-0 para soñar, para creer aún más con el 2-0 dos minutos después, casi de inmediato.
Nadie podía frenar a Carrasco. Ni Marcelo ni las ayudas de Sergio Ramos ni nadie que se cruzara en su camino. De su jugada y de su pase surgió el penalti que cometió Varane sobre Fernando Torres, que transformó después Griezmann ante Keylor Navas y que puso a toda presión al Calderón. Un gol más para igualar a un Madrid superado.
Por un Atlético tremendo, por el ambiente y por un ciclón del que se recompuso poco a poco, instante a instante, primero con las apariciones del notable Isco Alarcón, el único que parecía sobre el campo en el primer tramo; después con el balón, también con el paso atrás que había dado el equipo rojiblanco, tan cerca de la remontada que contemporizó, quizá demasiado, quizá también por su adversario.
Se paró todo entonces. Ni ocasiones del Atlético ni del Real Madrid. No salía el partido de los encontronazos, las segundas jugadas, las faltas o alguna tarjeta más hasta la irrupción decisiva de Karim Benzema, un jugador muchas veces en duda, pero repleto de talento cuando se lo propone, hoy cuando más lo necesitó su equipo.
Fue en el minuto 42, cuando trazó una acción genial al borde de la línea de fondo con la que dejó atrás a tres oponentes. Después, el tiro de Toni Kroos, la fenomenal respuesta de Oblak y el rechace en el área pequeña, el que empujó a la red Isco (2-1) y al Madrid a la recomposición, al momento en que respiró definitivamente.
Un golpe decisivo, ya pendiente de tres goles más del Atlético, una hazaña impensable para cualquiera, por mucho que aún quedara un segundo tiempo entero, del que salió vencedor en el marcador del duelo de vuelta, pero no de la eliminatoria, marcada desde el partido de ida, cuando el Real Madrid trazó con un 3-0 en el Bernabéu el camino a la final de Cardiff en busca de su duodécima Copa de Europa.