viernes marzo 29 de 2024

“Soñé con ser campeona mundial y ahora mi recompensa es diferente”: Laura Gómez

 

Por Filiberto Rojas

Ha patinado toda la vida. Desde que tenía tres años conoció los patines porque veía a su hermano Andrés patinar y se enamoró del deporte. Practicó voleibol, balonmano, baloncesto y hasta ballet, pero siempre junto al patinaje, nunca lo dejó, a pesar de no tener las condiciones para entrenar, pues ni en Carmen de Viboral, ni en Rionegro había pista.

Laura Gómez tuvo que trasladarse a Medellín, con el apoyo indiscutible de su principal patrocinadora, doña María Eugenia, quien la apoyó para vivir en la capital antioqueña, donde empezó su camino oficial con el club Paisa Patín, con el que pudo ingresar en 2013 a la Selección Antioquia y desde 2014 a la Selección Colombia, para buscar su sueño de ser campeona mundial.

Sin embargo, por cuestiones ajenas al deporte nunca pudo ganar una medalla mundial, su gran logro en las ruedas fue un título panamericano en Buga, en el 2016, justo antes de que llegara su gran frustración, pues en 2017 no pudo integrar la Selección Colombia y llegó la crisis, una situación adversa que la llevó a tomar la decisión, que en ese momento era loca, pero ahora la describe como la más importante de toda su vida: Dejó las ruedas y se pasó al hielo.

A mediados del 2017, con el apoyo de la Federación Colombiana de Patinaje, Laura decidió viajar a Salt Lake City para unirse a la soñadora Selección Colombia de Patinaje sobre Hielo. Tuvo que empezar de cero, a aprender a patinar en hielo, a entender una técnica diferente y a soñar con crecer, aunque nunca con el objetivo de los Juegos Olímpicos de Pyeongchang.

Pero esa historia del hielo es mejor que la cuente Laura, quien en el día previo a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, atendió desde Corea del Sur a COLPRENSA para contar todos los detalles de este sueño que está viviendo y que nunca se imaginó llegara tan pronto.

-¿Cómo toma la decisión de pasar al patinaje en hielo?

Porque estaba pasando por un momento difícil, pues había quedado fuera de la Selección Colombia de patinaje sobre ruedas, en junio de 2017. La verdad fue un momento bastante difícil porque tenía todas las esperanzas de que iba a ser Selección Colombia, pero las cosas no se dieron y como siempre había querido probar en el hielo, pero por esos compromisos no lo había podido hacer y como ya no tenía otro proyecto, tomé la decisión, sentí que era el momento indicado y tomé la decisión para saltar al hielo. Hablé con la Federación, ellos me dieron el voto de confianza y aquí estoy gracias a ellos.

– ¿Qué tan difícil fue la transición de las ruedas al hielo?

Fue bastante complicado, proque son deportes muy difeerentes, opuestos, pues aprender a patinar en hilo me costó mucho, empecé de cero, a aprender a pararme, a caminar, a moverme y medio patinar, ya después a corregir la técnica y finalmente cuando estaba patinando mejor y tenía tiempos mínimos ya pude entrenar con el entrenador de la Selección Colombia, algo que para mí fue un premio grandísimo.

– ¿Fue corto el tiempo en comparación a los otros compañeros, se imaginó cumplir el sueño olímpico tan pronto?

Dentro de mis objetivos, para ser sincera nunca fue clasificar a Olímpicos porque yo trato de trazarme objetivos claros y reales, y sabía que era muy difícil, pero yo creo que eso fue un punto a favor porque nunca tuve presión por clasificar, nunca tenía planificado eso, por eso hice las cosas muy tranquila y pienso que haber patinado tan tranquila las cosas fueron llegando de una linda manera y cuando uno hace las cosas con tranquilidad, sin presión, deja que las cosas fluyan, definitivamente pasan, es muy triste por mis compañeros que no clasificaron por todo el tiempo y dinero que invirtieron, pero a veces las cosas no son como uno las planifica, sino como Dios quiere que pasen y aquí estoy yo. 

– ¿Cómo vivió el día de la noticia, cuando le dijeron que había clasificado a los Juegos Olímpicos?

Fue antes de mediodía, como a las 11:30 de la mañana, me escribió mi entrenador que si podía ir a la habitación de él lo más rápido posible, yo fui y la verdad nunca me imaginé que se trataba de esa noticia, él me dijo que me sentara y me dijo: “ya tenemos confirmada la clasificación a tu campeonato de los Juegos Olímpicos”, y yo quedé como, qué, será que si estoy entendiendo, entonces él me abrazó y la verdad no pude contener el llanto, lloré muchísimo, luego saltaba y gritaba, era algo que no podía controlar, era una emoción que se apoderaba de mí. Ahí llamé a mi mamá, ella no lo podía creer, yo tampoco, sólo grité y por tres horas llamé a todos mis conocidos y mientras les contaba seguía gritando y saltando, fue un día de muchísima emoción.

– ¿Cómo es la competencia en la que clasificó?

La prueba se llama Mass Start, en la modalidad de long track, que consiste en 16 vueltas que se cuentan de manera regresiva, pero en la primera vuelta la número uno del escalafón por obligación debe ir de primera y a partir de que queden 15, la prueba queda abierta y en cualquier momento puede haber ataques. La prueba tiene tres puntuaciones, de 5, 3 y 1 punto para los tres primeros en ese orden, al paso por las vueltas 12, 8 y 4, pero en la vuelta de remate, que es la vuelta cero, las puntuaciones son 60, 40 y 20, así que por más que se sumen puntos intermedios, pero en la vuelta cero no llega en los tres primeros, queda fuera del podio, así que para aspirar a una medalla hay que estar en la última vuelta en las tres primeras posiciones.

– ¿Cómo fueron los seis meses de vivir y entrenar en el hielo?

En ningún momento fue difícil este cambio, porque fue muy poquito tiempo y llegué a convivir con personas maravillosas, fueron unos caballeros los que me recibieron en Salt Lake, me acogieron, me explicaron, me tuvieron paciencia, me dieron tips, consejos y gracias a ellos es que yo estoy acá, sin Pedro, Daniel y Sebastián no era posible que yo estuviera acá, obviamente había momentos de extrañar la casa, la familia, la comida, el clima, pero desde que llegué al hielo me enamoré de este deporte y era un regalo poder ir a patinar, por eso no tuve malos momentos, ni fue difícil, incluso en diciembre lloré cuando tuve que parar el proceso porque el hielo es lo mejor que he podido hacer en toda mi vida.

– ¿Valió la pena todo hasta ahora?

Eso no se cuestiona, no se duda, porque valió la pena y si hubiese costado más, hubiese valido más la pena, definitivamente esta recompensa es muy grande y hay días que todavía no lo puedo creer y no mido la magnitud de los que estoy viviendo, pero estoy muy feliz y esto es demasiado grande.

– ¿Cuál es su sueño en el patinaje sobre hielo?

Mi sueño es aspirar a medallas en Copas Mundo e incluso poder soñar con cuatro años más para soñar con una medalla olímpica, pues por ahora es muy difícil por la poca trayectoria que llevo en el hielo, pero en unos años si sueño con ser medallista de eventos grandes. 

– ¿Y el gran sueño deportivo?

Siempre fue ser campeona mundial de patinaje, pero por situaciones ajenas no pude tener ese privilegio, pero hoy la vida me está recompensando diferente y es estar en unos Juegos Olímpicos de Invierno, precisamente en patinaje, aunque son muy diferentes, comparten algunas similitudes, aunque mínimas y siento que puedo cumplir mi sueño aquí en el hielo.

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