martes marzo 26 de 2024

“Es una infamia”

Jorge Hernán Peláez

En un debate en el Congreso durante 2016, cuando se discutía la Reforma Tributaria Estructural del gobierno anterior, el entonces senador del Centro Democrático, Iván Duque dijo textualmente: “Esa no es una reforma estructural, es una reforma fiscalista y alcabalera. Es una reforma que va a afectar al país porque no puede ser que le pasemos la cuenta a la clase media y a las clases menos favorecidas, en momentos donde la economía tiene la peor desaceleración desde el año 2009. Un IVA del 19% para el vestuario, para los electrodomésticos, para los productos de aseo personal y del hogar es una infamia”. Han aparecido en las redes sociales varios videos de 2016 con los diferentes señalamientos del senador Duque sobre la reforma, en foros, programas de radio y televisión, intervenciones en el parlamento y sus propios trinos. Cuando Duque pasó a ser candidato por la carrera a la Presidencia, el discurso tomó formato de campaña, más fuerte la voz, mayor amplitud con la intención e in crescendo en el tono.

Ahora de Presidente, donde debe gestionar y administrar los recursos disponibles, la película se ve bien diferente. Como a otros gobernantes anteriores, el gerente de turno debe priorizar el cubrimiento del déficit y convivir con la variable del faltante de caja. La mente se acomoda a la nueva realidad de tener que tomar decisiones y el universo cambia de color. No es por Duque, seguramente la misma situación le hubiera pasado a Petro, Fajardo, Vargas, Claudia López o a cualquiera que enfrente el poder desde encima del potro y no desde la comodidad de la oposición.

Duque sabe que si le pareció inaceptable gravar vestuario y electrodomésticos hace dos años, ahora es peor que le pongan impuestos al arroz, fríjol, huevos, leche, quesos, carnes, papas, harinas, pollo y otros productos de la canasta familiar. La dieta de los colombianos deberá variar también, y entonces la buena noticia es que en promedio seremos todos más flacos en los próximos años. Los tenderos, comerciantes, restaurantes, hoteles van a encarecer el efecto de tener que aumentar el recaudo para la Dian. El precio final que le van a trasladar al consumidor puede ser inclusive mayor a 20% en el corto plazo, lo que supone un período 2019 donde Colombia volverá a épocas en donde debe buscar controlar la inflación. La fórmula que pregonan desde la Junta Directiva del Banco de la República para mitigar ese efecto inflacionario de corto plazo es el del cambio de tasas de interés. Un año que viene con probable aumento del precio del petróleo, aumento leve en tasa de cambio y estos efectos de inflación marginal de corto plazo con aumento de tasas de interés nos pueden llevar a un desequilibrio en el consumo de los hogares colombianos.

No hay claridad en cómo sería la devolución para población Sisbén. Subir impuestos para devolver supone una gigante dificultad tecnológica, especialmente para empresarios independientes y población grande de informales. El estado colombiano ha tenido experiencias dolorosas como la implementación de la planilla Pila y otros proyectos que, si no se planifican, salen a los trancazos. No se ve nada fácil el trámite en el Congreso de esta reforma tributaria disfrazada que apodaron “Ley de estabilización financiera”. En Cámara de Representantes hay miembros muy dolidos por no poder derrocar al ministro de Hacienda Carrasquilla. Esa cuenta de cobro la pasarán. El IVA a la canasta familiar es una infamia como lo dijo el mismo Duque.

LA REPUBLICA

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