La inédita guerra que enfrenta Israel
Aumenta a 900 el número de palestinos muertos por ataques aéreos de Israel contra Gaza
Al menos 260 niños y 200 mujeres se encuentran entre los fallecidos.
Beatriz W. de Rittigstein
Jerusalen, 10 octubre, 2023_RAM_A cuatro días del inicio del gigantesco ataque terrorista múltiple de Hamás (por tierra, aire y mar), secundado por la Jihad Islámica Palestina, contra Israel, en plena festividad judía de Simjat Torá y Shabat, se estima en mil israelíes asesinados y, lamentablemente, las cifras seguirán en aumento; unos 3.000 heridos en distintos grados de gravedad y se calculan en 130 los rehenes, pese a no conocerse de forma exacta el número de estas personas arrastradas a Gaza, para chantajear a Israel y ser negociadas por terroristas presos. La gran mayoría de las víctimas son civiles, de unos 22 poblados (todos ubicados en el territorio soberano israelí), entre ellos, los más vulnerables: ancianos y niños. Los terroristas de Hamás actuaron con un salvajismo propio de su fanático dogma yihadista, así, con extrema crueldad hubo persecuciones, torturas, violaciones y masacres, incluyendo la decapitación de 40 bebés en el kibutz Kfar Aza. Los hechos y las sumas son inéditos, sin precedentes; además, resulta obvio que Hamás, por sí solo, no tiene la capacidad de concretar este complejo ataque.
Sin sorpresas, el mundo vio que Irán celebró estos crímenes de Hamás, hubo fiestas en las calles de Teherán, animadas con fuegos artificiales, cantos, banderas palestinas y fotos de Soleimani. En el parlamento iraní manifestaron júbilo, con los diputados de pies, gritando “Israel será destruido, Palestina vencerá”.
Desde hace años, infinidad de veces, Khamenei y otros adalides de la teocracia iraní vienen vociferando amenazas existenciales al Estado judío. En las últimas horas, el propio Hamás, a través de diferentes actores, pero en especial, en boca de su portavoz, Ghazi Hamad, confirmó con certeza a la cadena BBC, el apoyo de Irán para perpetrar su artero asalto. Hamad también sostuvo que recibieron ayuda de otros países, no los nombró, pero hay serios indicios que involucran a Qatar, mientras ahora, con cinismo, se atreve a proponerse como mediador en las posibles “negociaciones” sobre los rehenes.
Trascendió a los medios de comunicación y a las redes sociales que, el domingo 8 de octubre, a pocas horas de la masacre de cientos de israelíes, el jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniyeh, habló con el presidente del régimen iraní, Ebrahim Raisí, quien también conversó con el líder de la Jihad Islámica, Ziyad al Nakhalah, tal cual el jefe con sus subalternos. Para mayor muestra, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Naser Kananí, “felicitó a la nación Palestina por la operación Tormenta de Al Aqsa”.
Tenemos presente que, poco antes de desatar esta guerra, Khamenei aseguró que los días de Israel están “contados”. En los últimos meses se reportaron varias reuniones de los cabecillas de todos estos movimientos terroristas en Teherán, Beirut y Ankara, a fin de planear y afinar los detalles de la embestida. Según los medios, Ismail Kaa’ni, comandante de la Fuerza Quds de Irán, visitó Líbano el mismo día del lanzamiento del ataque terrorista contra Israel, y mantuvo reuniones con los jerarcas de Hamás, Ismail Haniyeh y Saleh al-Arouri. The Wall Street Journal, tras entrevistar a terroristas de Hamás y Hezbollah, publicó que, durante varias semanas, la Guardia Revolucionaria iraní guio los preparativos para esta guerra y la semana pasada aprobó su ejecución.
Sin duda, Israel logrará revertir la situación, pero a un muy alto costo que desde el mismo sábado 7 de octubre de 2023 comenzó a pagar. En el contexto de esta guerra, ya ocurrió una sonora victoria de las fuerzas contra la humanidad, encabezadas por la teocracia iraní; de hecho, han logrado posponer el acuerdo de normalidad con Arabia Saudita, pues en el ánimo de los ayatolas no existe la convivencia armoniosa. Esperamos que Occidente se concientice acerca del inminente peligro que ello encarna, pues Israel sólo constituye uno de los primeros escalafones.