Dayro, las prefiere rubias
Por Esteban Jaramillo Osorio.
Me dicen que anda juicioso. Su tercera hija Shantal y su esposa Marcela, cambiaron su vida. Ambas rubias. El estrés emocional de la competencia lo controla con goles y sus apetitos de triunfo los sacia con títulos. Su amistad con la red agita siempre el debate sobre su presencia en la selección, donde su juego no ha sido sustancioso por los caprichos tácticos. Le gusta la banda desde chico donde inicia sus maniobras que terminan, con la felicidad del público, en el corazón del área. No es centro delantero puro, como un tanque de guerra, no sabe pivotear, no tiene como virtud el golpe de cabeza, ni aguanta la pelota de espaldas a la portería, pero se mueve en “tres cuartos de cancha” con habilidad y frente a los guardametas es implacable. Es un artista que sabe del juego de conjunto.
Es el delantero ideal para cualquier equipo por su regularidad y su frecuencia como artillero. Mas de doscientos goles lleva en su carrera. Lo es para Nacional, que se llena de copas inspirado en la pelota y le da confort a su juego, con futbolistas sobresalientes. Entre ellos, además de Dayro Moreno, Henríquez el verdadero rey de copas, dominador de las artes defensivas, “ tiempista”, comprometido en el juego creativo y muralla del fondo. Y con ellos la magia de Ibarguen, jugador distinto con gambetas rompe esquemas; la milimetría del pase inteligente de Macnelly Torres y las manos milagrosas de Armani.
No deja el verde, a propósito, a nadie indiferente, porque su ruidoso poder lo hace grande y tantas veces invencible, experto en cazar títulos. Es su rutina.
Dayro volvió con su pirotecnia goleadora, para impulsar a su equipo, como lo hizo con Millonarios y el Once Caldas, donde es el ídolo de siempre y para siempre.
Goleador de raza que escapa de las tentaciones de su vida disoluta para instalarse en el recuerdo de los hinchas que corean su nombre, por sus maniobras de gol y sus gritos de triunfo. Dayro es de aquellos, como Henriquez, como Nacional, que nacieron para ser campeones.