sábado julio 5 de 2025

Renuncio la Canciller, Laura Sarabia

La canciller colombiana Laura Sarabia renunció a su cargo debido a desacuerdos con el presidente Gustavo Petro sobre el manejo del contrato para la fabricación de pasaportes.

Bogotá, julio 03_ 2025_ RAM _ La canciller colombiana Laura Sarabia renunció a su cargo debido a desacuerdos con el presidente Gustavo Petro sobre el manejo del contrato para la fabricación de pasaportes. Sarabia había propuesto prorrogar el contrato con la empresa Thomas Greg & Sons por once meses, pero Petro decidió que la Imprenta Nacional de Colombia, en alianza con la Casa de la Moneda de Portugal, asumiera la producción de pasaportes a partir del 1 de septiembre.

La funcionaria, quien llegó a ser calificada como la mano derecha de Petro, empezó diciéndole al jefe de Estado que la parte más importante de su vida pública ha transcurrido a su lado: “Juntos hemos alcanzado grandes victorias, atravesado momentos difíciles, discutido con intensidad y compartido reflexiones con honestidad”.

Sarabia expresó en su carta que su retiro es producto de una «reflexión profunda» y que no puede acompañar decisiones que no comparte por «coherencia personal y respeto institucional».

La canciller había declarado una urgencia manifiesta para extender el contrato con Thomas Greg & Sons, pero Petro intervino directamente para cambiar el rumbo del proceso contractual.

La renuncia de Sarabia genera incertidumbre sobre el futuro de la Cancillería y plantea interrogantes sobre el rumbo del gobierno de Petro.

El presidente Petro aún no ha anunciado oficialmente quién asumirá el liderazgo del Ministerio de Relaciones Exteriores.

La salida de Sarabia marca un nuevo capítulo en la crisis de los pasaportes y pone sobre la mesa las tensiones internas dentro del alto gobierno frente a temas clave de contratación pública.

Le recordó: “Nos hemos conocido en las buenas y en las no tan buenas, y en ese recorrido fortalecimos una relación basada en la confianza, la franqueza y una idea que usted me enseñó, que la lealtad es, ante todo, cuidar del otro”.

A renglón seguido, Sarabia le afirmó: “He tenido el inmenso honor de acompañarlo desde distintos espacios, como jefa de gabinete, directora del Dapre, del DPS, y ahora como canciller. Pero más allá de los cargos, lo hice como una servidora pública convencida de que transformar a Colombia exige decisiones valientes, diálogos honestos y una brújula ética clara. En ese espíritu, celebré con entusiasmo lo que consideré justo, y también expresé mis desacuerdos con respeto y convicción, como lo hago ahora”.

La Cancillería, dirigida por Laura Sarabia, adelantó la alternancia en el envío al exterior de 15 funcionarios de carrera diplomática para suplir los vacíos de personal en la planta externa del Ministerio.

La canciller continuó diciéndole al presidente que, recientemente, se han tomado decisiones que no comparte y eso la llevó a dar un paso al costado: “En los últimos días, se han tomado decisiones que no comparto y, por coherencia personal y respeto institucional, no puedo acompañar. No se trata de diferencias menores ni de quién tiene la razón. Se trata de un rumbo que, con todo el afecto y respeto que le tengo, ya no me es posible ejecutar”.

Sarabia le reconoció a Petro que su renuncia es el resultado de una reflexión profunda, “motivada por la responsabilidad que siento con mi conciencia, con el país y con la forma en que entiendo el ejercicio del poder público. Me retiro con la tranquilidad de haber entregado lo mejor de mí y con la certeza de que hay momentos en los que decir adiós es también una forma de cuidar”.

Frente al recorrido en el Ejecutivo, mencionó: “Ha sido un camino exigente, con enormes costos personales y familiares, pero también profundamente enriquecedor. Me voy con inmensa gratitud por la oportunidad histórica de servir a Colombia desde su gobierno, con aprendizajes valiosos, muchos de ellos suyos, y con la convicción intacta de que este país merece un destino más justo, más digno, más humano”.

Y concluyó: “Le deseo un cierre de gobierno exitoso. Siempre encontrará en mí una interlocutora abierta al diálogo, al debate respetuoso y a la búsqueda de salidas para los grandes desafíos de nuestra sociedad. Colombia sí puede ser una potencia de la vida. Ese sueño exige unidad, humildad y decisiones valientes. Ojalá logre construirlo en esa recta final”.

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