
Carta a un amigo no íntimo
Hola, querido amigo innominado. No doy tu nombre porque lo que aquí quiero plantear no es un debate personal, sino que destaca la que me parece una tendencia dañina.
Hola, querido amigo innominado. No doy tu nombre porque lo que aquí quiero plantear no es un debate personal, sino que destaca la que me parece una tendencia dañina.
Las elecciones presidenciales en Turquía, programadas para el 14 de mayo, prometían un “triunfo”, legal o no, de Recep Tayyip Erdogan, pero se atravesaron los terremotos del 4 de febrero y ahora hay dudas sobre lo que va a pasar. O sea, Erdogan la tenía bastante ganada, con todo y los problemas económicos del país que para algunos analistas equivalen a la quiebra, hasta que tembló.
En los primeros meses del gobierno de Petro no hubo una oposición merecedora de ese nombre, salvo por unas pequeñas minorías muy a la derecha y por el ejercicio bastante solitario de Sergio Fajardo y Jorge Enrique Robledo.
La frase del título se refiere a una visión panorámica del presente global: en “estos tiempos” tal cosa, en “estos tiempos” tal otra. Me parece legítimo detenernos en algo así. Las placas tectónicas de la política internacional se están moviendo mucho. Yo diría que, pese al crujir de dientes, las noticias allí son menos malas de lo que parece a primera vista.
El próximo sábado se cumple un año desde cuando Vladimir Putin ordenó a sus tanques y tropas invadir a Ucrania en masa, contrariando lo que pensaban los acostumbrados a la relativa paz mundial –yo entre ellos–. Desde entonces, las ópticas del mundo se fracturaron de forma dramática. Y vaya que hemos vivido un año sangriento.
“Entre la idea /y la realidad, /entre el movimiento /y el acto, /cae la sombra”, dice un famoso poema de T. S. Eliot. Y sí, esa sombra misteriosa es también la que se interpone entre la utopía y la realidad.
Está surgiendo un suero antiofídico para contrarrestar el veneno de una de las mordeduras más graves del mundo de hoy: la de las noticias falsas. Pues bien, en las redes sociales circulan toneladas de ellas.
Es bastante probable que la Paz Total del gobierno de Petro evolucione hacia la frase del título: el Caos Total. Ya quisiera yo que no fuera así y que el país se pacificara a las buenas, sin disparar más tiros, o que la gente pudiera salir de las cárceles y hacerse buena en el acto. No es nada probable.
Una doctrina reciente postula que entre la gente existen características inmutables determinadas, de modo que cualquier persona, sea quien sea, no puede ir más allá de los límites de su identidad, entendida a la manera de los posmodernos. Según eso, una mujer escribirá como mujer y de un modo u otro podrá ser reconocida como tal.
Tras casi un mes de vacaciones, durante las cuales dejé descansar a los lectores, a quienes uno siempre debe agradecer la atención prestada, vuelvo con mis columnas. En una ocasión como esta conviene hacer un balance de visiones y actitudes.