Que no pare la fiesta
Se llevan mejor con el ego los deportistas aficionados que los profesionales. Son seres que transpiran simpatía y amabilidad y no se creen dioses. Son fuente de inspiración por sus habilidades y sus triunfos y tienen un vinculo intenso, especial, con el pueblo. Nadie para la fiesta de estos deportistas, después de sus medallas, habituados como están a regresar, con el paso del tiempo, a la vida rutinaria,