miércoles mayo 1 de 2024

Primera esposa de asesino de mujer en Centro Comercial Santafé se salvó de un ataque similar en 2016

11 abril, 2017 Generales, Judiciales

Julio Alberto Reyes Andrade, el sujeto que asesinó a su excompañera sentimental Claudia Johana Rodríguez en un local del centro comercial Santafé este lunes en la noche, en similares circunstancias atacó a balazos a su primera esposa María Margarita Acosta Castaño, el 2 de mayo de 2006 también en un centro comercial de la capital de la República.

A las 8 y 45 de la noche de ese día, Reyes Andrade ingresó al establecimiento denominado “Bar Combo Combo”, ubicado en el local 121 del Centro Comercial Bachué II, en Bogotá y accionó una arma de fuego contra su esposa, quien administraba el negocio, y se encontraba con sus hermanos Carlos Eduardo y Paola Cristina Acosta Castaño y un amigo de nombre Omar Leonardo Díaz Alfonso.

Como consecuencia del ataque perdieron la vida Paola Cristina y Omar Leonardo, mientras Maria Margarita Acosta Castaño (la esposa) resultó levemente herida, al igual que su hermano Carlos Eduardo.

Agentes de la Policía acudieron a atender la emergencia, pero Julio Alberto Reyes Andrade los enfrentó a balazos y uno de los uniformados resultó herido.

Sin embargo, al final, fue capturado y enjuiciado por los dos homicidios.

El 13 de octubre de 2006, el Juzgado 13 Penal del Circuito de Conocimiento de Bogotá, condenó a Reyes a una pena de 275 meses de cárcel y al pago de 400 salarios minimo mensuales por los perjuicios morales derivados del homicidio de Paola Acosta.

De igual manera, lo condenó por tentativa de homicidio agravado de los que fueron víctimas María Margarita y Carlos Eduardo Acosta Castaño, en cuantía de 60 y 40 salarios mínimos legales mensuales, respectivamente.

El sujeto logró quedar en libertad al poco tiempo de empezar a purgar la condena de cerca de 23 años.

Su defensa argumentó que “fue juzgado y condenado como imputable”, aunque habia comenzado a sufrir trastornos psíquicos con base epiléptica, a partir de los 8 meses de edad” que lo han obligado a someterse a tratamiento médico a lo largo de su vida”.

Alegó también como un suceso nuevo que tres meses antes de que sucedieran los hechos, su progenitora le inició a éste un proceso de jurisdicción voluntaria de interdicción judicial por demencia, que culminó con fallo de interdicción “por trastorno esquizoafectivo, trastorno límite de la personalidad y trastornos de delirium … “.

La sentencia de primera instancia fue apelada ante el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá que la confirmó por medio de la suya proferida el 31 de enero de 2007 y, al amparo de la causal tercera de revisión estatuida en el artículo 192 de la Ley 906 de 2004, solicita el actor la revisión del fallo inicial.

En el año 2008, la Corte Suprema de Justicia rechazó la demanda para revisar la condena por homicidio a Julio Alberto Reyes.

El ponente del caso fue el magistrado Jorge Luis Quintero Milanés, quien se pronunció sobre la “admisibilidad” formal de la demanda de revisión presentada por el defensor de Reyes Andrade.

Claudia Johana Rodríguez, acribillada a balazos en el Centro Comercial Santafé, en Bogotá, vivía en la ciudad de Medellín hasta hace un mes, cuando decidió separarse de Reyes Andrade por malos tratos y agresiones físicas, hechos por los cuales logró obtener “protección especial” de las autoridades.

Sin embargo, esa “protección especial” se limitaba apenas a informar a la policía la presencia de su expareja en los alrededores de su domicilio

En vista de que Reyes Andrade siguió persiguiéndola y amenazándola de muerte, determinó viajar a la capital de la República, pero el sujeto la localizó y repitió el ataque que en similares circunstancias ejecutó 11 años para atentar contra su primera esposa y le quitó la vida, luego de lo cual fue abatido por la Policía.

Juez explica por qué dejó en libertad al asesino del C.C. Santafé 

La juez que otorgó la libertad de Julio Alberto Reyes, el hombre que el lunes asesinó a su expareja Claudia Johanna Rodríguez en el centro comercial Santafé del norte de Bogotá, indicó que él «no fue condenado como persona inimputable o no apta mentalmente» y que, por el contrario, «era ser responsable de sus actos».

«Él no salió por cumplimiento de la pena salió porque estaba en un período de prueba por su buen comportamiento en libertad condicional. Las calificaciones que dieron en el Inpec eran totalmente aptas para una persona que se estaba resocializando», señaló la juez.

La juez agregó que para la fecha, 29 de marzo de 2016, Julio Alberto Reyes estaba hospitalizado en la Fundación Cardio Infantil de Bogotá porque «iba a ser intervenido por una enfermedad coronaria distinto de una enfermedad mental y había necesidad de implantar un marcapasos» y puntualizó que «no salió en libertad por problemas psiquiátricos».

“El señor Reyes, hay que hacer claridad, en la cárcel Modelo venía recibiendo su tratamiento y estaba totalmente estabilizado. Allí consumía sus medicamentos”, indicó.

El buen comportamiento, el proceso de resocialización y rehabilitación lo obtuvo por dedicarse a actividades intramurales de trabajo y estudio.

Familiares de Claudia Johanna Rodríguez contaron que ella y Julio Alberto Reyes se conocieron en la cárcel Modelo. Johanna era optómetra de profesión  y realizó una visita profesional a la prisión.

El hombre habría ingresado a las 7:19 de la noche a un local de la óptica GMO, ubicado en el segundo piso del centro comercial, donde la víctima trabajaba.

Julio Alberto Reyes, de 40 años, le produjo dos disparos a la altura del tórax a Rodríguez. La mujer se desvaneció dentro del negocio y perdió la vida frente a las vitrinas de lentes y monturas debido a la gravedad de la heridas.

El agresor se mantuvo dentro del local por espacio de dos horas, mientras tenía de rehén a la mujer, al tiempo que lanzaba gritos amenazantes.

Según lo relató la hermana de la mujer asesinada, a algunos medios de comunicación, la pareja le había puesto fin a la relación hace un poco más de un mes, y justo, después de eso, la víctima comenzó a recibir amenazas.

“La Policía llega en fracciones de minutos, según lo manifestado por otro de los empleados. Esta persona no permite el ingreso de los uniformados (al local) y por lo tanto se agotan todos protocolos. Teníamos como imperativo prestarle atención médica a la persona que había sido herida (…); se toma la decisión de intervenir”, manifestó el general Penilla.  “El agresor sufrió dos disparos y fue trasladado con signos vitales al Hospital Cardioinfantil”, precisó Carlos García, socorrista de la Defensa Civil. A las pocas horas, la Policía confirmó que Reyes había muerto mientras recibía atención médica.

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