sábado diciembre 7 de 2024

EL CAMPANARIO

05 abril, 2015 Opinión Tomás Nieto

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Se avecina guerra televisada entre esmeralderos

Como al que no quiere más violencia en la televisión colombiana, los programadores le ofrecen más bala, el Canal Caracol anuncia con bombos y platillos para el 14 de abril el estreno de una serie titulada “Esmeraldas”, una dinastía marcada por la ambición, según reza el anzuelo promocional.

La guerra en el horario de la diez de la noche, en la parrilla del molusco, dejará de ser entre los narcotraficantes mejicanos, cuyas vidas, nada ejemplarizantes, han sido noveladas en el llamado “Señor de los cielos” para dar paso a la serie que seguramente teñirá de sangre las confrontaciones desencadenadas por las familias capitaneadas por los “gemólogos” de Boyacá.

Por las promociones que anuncian la nueva producción se prevé que habrá plomo, muertos, traiciones y venganzas como arroz. En el canal Caracol podrán aprovechar los espacios de comerciales para retirar los cadáveres del set.

Un viejo estribillo

Hubo una época en la que los noticieros populacheros de la radio bogotana le anteponían el consabido “mucha atención” a cada información que llevaba su dosis de sangre por la vía del puñal o el revolver.

Este llamado sensacionalista, que nos hace recordar a los locutores Américo Rivera y Jaime Padrón, lo ha reencauchado como “modelo de buen periodismo” el noticiero del Canal Caracol, antes de darle paso a cada noticia amarillista.

El sábado santo nos pidieron “muchísima atención” para darnos una noticia chimba, intrascendente, sobre una riña entre un taxista y un usuario, en el norte capitalino, por el valor de una carrera.

No hay derecho a tanta trivialización de lo que debe ser la información para millones de televidentes.

Cuatro Caminos

Así –como la canción ranchera del cantante y compositor mejicano José Alfredo Jiménez– se va a llamar el programa con el que RCN Televisión pretende quitarle al Canal Caracol el liderato en la sintonía de las noches de los domingos de la que se hizo dueña, tiempo ha, con dos espacios de gran factura: Los Informantes y Séptimo Día, dirigidos y presentados, en su orden, por María Elvira Arango y Manuel Teodoro, dos periodistas de la cabeza a los pies.

Sin pretender convertirnos en unos aguafiestas, en El Campanario les tenemos listos “Cuatro caminos” a los competidores en ciernes para el binomio Arango-Teodoro.

Primer Camino: Que RCN convenza a la monita María Elvira para que se cambie de Canal.

Segundo Camino: Que sonsaquen a gran parte del espléndido equipo de periodistas que apoya a la rubia que por donde pasa siempre deja su impronta de gran profesional.

Tercer Camino: Que procuren llevarse, además, a los productores y libretistas de los dos programas que le quitan el sueño a la gente de los Ardila Gaviria.

Y cuarto Camino: Que RCN desista de su difícil empeño y que más bien entre en cadena, entre las 8 y la 10 de la noche de todos los domingos, con el Canal Caracol, para que le toque alguito de la franja que hace rato tiene dueño.

Camarón que se duerme, termina en el refrigerador de un restaurante.

Balance de contrastes

Se ha metido siempre en camisa de once varas RCN Televisión cuando ha intentado desmarcarse del predominio del Canal Caracol.

Suma, entre otros, los siguientes fracasos la red televisiva de los Ardila:

1) No ha podido competir de manera eficiente con Sábados Felices, viejo monopolio humorístico que lleva 45 años en la cresta de la sintonía.

2) No ha logrado hacerle ni cosquillas a la arrolladora sintonía de “La Red”, que barre al combo de “La Negra Candela” en los espacios vespertinos de sábado y domingo. El cambio de nombre de “El lavadero” por “En exclusiva” no sirvió para un carajo. Cada fin de semana es un trago amargo para el canal de las tres consonantes.

3) Mientras Caracol TV mantenga la exclusiva de la muy amada Selección Colombia, en juegos amistosos, en la Copa América y las eliminatorias del mundial de Rusia, RCN jamás levantará cabeza como portaestandarte del combinado nacional del Señor Péckerman.

Esta es la verdad monda y lironda. Lo demás es agua de borrajas!

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