viernes julio 26 de 2024

Argentina vs Chile, la gran final de la Copa

03 julio, 2015 Fútbol, Fútbol Internacional

Argentina -Chile  La Final

 Santiago, CHILE 03 de Julio_ RAM_ Llego la final. Argentina se medirá ante Chile, que por su condición de local y por el fútbol mostrado a lo largo del certamen es sin dudas el rival más exigente de esta Copa América.

Chile y Argentina jugarán este sábado una final de la Copa América a puro fútbol en el Estadio Nacional de Santiago, donde los dos equipos más ofensivos y vistosos del continente se enfrentarán en busca de un título por el que ambos suspiran.

Como todos los grandes partidos, la final de mañana encierra un buen número de pequeños y grandes retos, de sueños personales y colectivos, de revanchas y cuentas pendientes, pero sobre todo promete, al menos sobre el papel, buen fútbol. Chile y Argentina prometen regalarnos un partidazo.

Suspicacias arbitrales aparte, los dos mejores equipos del torneo, los más consecuentes y goleadores, llegaron al último de los 26 partidos de la Copa América. Trece tantos logró Chile en los cinco partidos que disputó, por diez de Argentina, la mayoría de ellos en una intimidante semifinal ante Paraguay en la que ganó por 6-1.

«No tenemos miedo», aseguró el capitán chileno, Claudio Bravo, en un intento de infundir confianza a un país consciente de que los nombres y la historia le son desfavorables en la comparación con Argentina.

Los albicelestes no solo tienen en sus filas a Lionel Messi, cuatro veces Balón de Oro, sino que completan una delantera de infarto con Sergio Agüero y Ángel Di María, mientras que en el banco esperan hombres como Carlos Tevez o Gonzalo Higuaín.

Chile cuenta con una de las mejores generaciones de futbolistas de su historia o, como le gusta recordar al propio Arturo Vidal, con la mejor. Junto al centrocampista de la Juventus, destacan figuras como las de Alexis Sánchez, Jorge Valdivia, Gary Medel o Bravo.

Sin embargo, la historia futbolística de Chile es más bien escuálida. Ni un solo título adorna su palmarés. Los mayores éxitos de la selección son cuatro subcampeonatos continentales y un tercer lugar en el Mundial que el país organizó en 1962.

Argentina no tiene ese problema. Dos veces campeona del mundo y 14 de la Copa América, la «Albiceleste» sólo ha perdido además un partido oficial ante Chile, en octubre de 2008.

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Sin embargo, hace 22 años que Argentina no gana un título con la selección mayor. Desde entonces, cayó en cuatro finales: en la Copa Confederaciones de 2005, en la Copa América de 2004 y 2007 y en el Mundial de 2014.

«La verdad es que lo deseamos muchísimo poder ganar algo con la selección, porque estuvimos muy cerca varias veces y no se nos pudo dar», dijo Messi.

El partido más importante en la historia de Chile es también el más importante en la carrera de Jorge Sampaoli. Admirador de Marcelo Bielsa, el técnico argentino dio continuidad y perfeccionó lo que su compatriota empezó en 2007.

A la verticalidad y presión de aquel equipo, Sampaoli le agregó pausa y confianza, pero siempre convencido de que sólo el protagonismo, el atrevimiento «suicida», como una vez lo describió Vidal, podrá llevarles por el camino del éxito.

Para Gerardo Martino, que también bebió de Bielsa cuando jugaba en Newell’s, no hay alternativa. El estilo, más horizontal y paciente, lo marca la calidad de sus hombres, liderados por un Messi para quien el contacto con la pelota es vital.

Martino afronta el partido con una sola duda, la del defensa Ezequiel Garay, quien se perdió la semifinal por un problema estomacal. Si no se recupera a tiempo, su puesto lo ocupará Martín Demichelis.

Más dudas genera la alineación de Sampaoli, que podría optar por una defensa de tres centrales como ya hizo ante grandes equipos como España o Alemania en 2014, a los que entorpeció la circulación de balón y arrebató el protagonismo. Hasta ahora, Chile jugó con un sistema 4-4-2 con Jorge Valdivia como enganche entre el medio campo y la delantera.

 

El talentoso número ‘10’ podría ser el sacrificado para dar entrada en la defensa a Francisco Silva, que todavía no debutó en el torneo. Eso dejaría un equipo formado por: Bravo; Silva, Gary Medel, Eugenio Mena; Mauricio Isla, Marcelo Díaz, Charles Aránguiz, Jean Beausejour, Vidal; Alexis Sánchez y Eduardo Vargas.

No obstante, el once local está solo en la cabeza del obsesivo Sampaoli, un hombre que lleva años soñando este partido, un partido de puro fútbol.

Probables alineaciones: 

ARGENTINA: Romero; Zabaleta, Demichelis o Garay, Otamendi, Rojo; Mascherano, Biglia; Pastore, Di María, Messi; Agüero. 

CHILE: Bravo; Silva, Medel, Mena; Isla, Díaz, Aránguiz, Beausejour; Vidal; Sánchez, Vargas.

Argentina's coach Gerardo Martino leaves the field after being sent off by Brazilian referee Sandro Meira Ricci, during their 2015 Copa America football championship match against Uruguay, in La Serena, Chile, on June 16, 2015.   AFP PHOTO / JUAN MABROMATA

La figura de Marcelo Bielsa facilita la relación entre los técnicos de Chile y Argentina. Sampaoli es un admirador que roza el fanatismo. Grababa las charlas del Loco y las escuchaba, como si fuera música celestial, mientras hacía sus ejercicios aeróbicos. Martino, por su parte, brilló en Newell’s con Bielsa como conductor e hizo sus primeras armas como DT bajo su inevitable influjo.

Con sus diferencias personales -por el énfasis, el técnico de Chile se asemeja más al maestro-, ambos pretenden de sus equipos posesión, protagonismo y, eventualmente, vértigo.

Podría pensarse entonces en un duelo especular en la final de la Copa América. Pero más allá de las pretensiones tácticas de los responsables, existe un plantel dispuesto a ejecutarlas y ahí residen las verdaderas distinciones.

Argentina cuenta con el mejor jugador del mundo, quien viene de un partido deslumbrante frente a Paraguay en la semifinal y es el responsable, según los medios allegados al cuartel chileno, de un plan especial por parte de Sampaoli.

Al parecer, Gary Medel -quien cumple como ninguno el lema de «jugar como un kamikaze» que ha pregonado el entrenador de la Roja- sería el designado para bailar con la más fea. Es decir, ocuparse de Messi. Dentro de una defensa reforzada para la ocasión, Medel se desplazaría hacia la izquierda para merodear la zona donde el rosarino empieza sus obras de demolición.

Habría dos lugartenientes para esa tarea, dice la prensa chilena: Beausejour y el mismísimo Vidal. Entre las especulaciones previas, que pintan a un Sampaoli obsesionado con detener a Messi, también se habló de sacrificar a Valdivia.

De todos modos, si de verdad el hombre de Casilda aprendió algo de Bielsa, no incurrirá en estos cambios improvisados que se le adjudican y, más allá de los nombres que elija para disputar la final, no renunciará a su libreto. Veremos.

Sería interesante un duelo entre Messi y Medel. Aunque mover a este último, pilar de la zaga, acaso ocasione más problemas que ventajas.

Si Chile apuesta a sus armas conocidas, habrá un apasionante disputa por la pelota, recurso a partir del cual los dos equipos se hacen fuertes.

Será un partido para definir en la mitad de la cancha. Es allí donde Chile debe impedir la circulación de Argentina (no esperar que la pelota le llegue a Messi) y elaborar su juego de ataque para el que le sobran recursos.

Argentina, cuya única posible modificación es el regreso de Garay a la defensa, intentará replicar el excelente rendimiento de la semifinal. Un prodigio de precisión, velocidad y talento colectivo.

También aquí Messi se vuelve el eje de una decisión táctica. ¿Jugará volcado sobre la raya como en los primeros partidos o flotará libre y arrancará desde más atrás como lo hizo ante Paraguay?

En atención a que Chile estará en guardia con sus movimientos, es mejor darle aire, no recluirlo en el extremo del campo. Por lo demás, Leo ha demostrado -ante Paraguay, entre otras oportunidades- que el rol de armador le sienta bien y no le resta energía para pisar el área.

Una vez más, Messi se presenta como el centro de gravedad del espectáculo. Es razonable: la Copa América ha ratificado su lugar en lo más alto del fútbol. Él puede hacer la diferencia clave y así lo entienden propios y extraños. Argentinos y chilenos.

«Para nosotros, no hay color de camiseta»: Wilmar Roldán

Wilmar Roldán

El árbitro colombiano Wilmar Roldán dio a conocer sus sensaciones a poco más de 24 horas de dirigir la final de la Copa América 2015 entre las selecciones de Chile y Argentina, a disputarse a las 17:00 horas de este sábado en el Estadio Nacional.

El juez ‘cafetero’ no ha estado exento de críticas en la previa al pleito decisivo del certamen continental, ya que en un supuesto perfil de Facebook ha dado a conocer su gusto por la ‘albiceleste’.

«Para mí es motivo de satisfacción que la Conmebol haya confiado en esta terna colombiana. Son 23 años de arbitraje así que lo estoy tomando con la mayor responsabilidad que se pueda», expresó a Win Sports de Colombia.

«Para nosotros, no hay color de camiseta, la concentración está en entrar a la cancha y hacer fuerza con todo el equipo arbitral para sacar adelante el partido», añadió el colegiado.

El árbitro de 35 años dirigirá este sábado su tercer encuentro en la Copa América 2015, tras los duelos entre Argentina y Paraguay, que terminó igualado a dos por el Grupo B, y Bolivia con Perú, con victoria para los del Rímac por 3-1 por los cuartos de final.

En la final, Jorge Sampaoli encara el partido más importante de su carrera

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Chile finalmente tendrá algo que poner en su vitrina de trofeos, o bien la Argentina pondrá fin a una espera de 22 años por un título con su seleccionado de fútbol. Hay mucho en juego en la final de la Copa América, pero para un hombre en particular, la cuestión es aún más importante.

Chile probablemente tendrá otras oportunidades de ganar algo en el futuro; la Argentina seguramente lo hará. Pero para el director técnico de Chile, Jorge Sampaoli, éste es el partido, el que siempre ha imaginado y para el que se ha preparado durante toda su vida profesional.

Este hombrecito es un espectáculo aparte cuando su equipo está en acción, marchando de una punta a otra de su área técnica como si funcionara a pila. Es la manifestación externa de una fuerza interior que lo ha llevado muy lejos.

Sampaoli viene de Casilda, una pequeña ciudad que se encuentra a unos 50 kilómetros de Rosario, la segunda ciudad más grande de Argentina. La prensa local a menudo se refiere a él como «el casildense», como si su origen humilde no pudiera olvidarse jamás. Una lesión destruyó sus sueños de una carrera como jugador, pero igualmente logró abrirse su camino en el fútbol, pasando por clubes de Perú y Ecuador, y ha llegado a ser reconocido como uno de los entrenadores más interesantes del fútbol.

Tal como la fuerza de su personalidad, Sampaoli lleva consigo el poder de una idea. Aquí, él es el primero en rendir homenaje a su ídolo y predecesor en la selección de Chile, Marcelo Bielsa. El objetivo de Sampaoli es siempre atacar y tomar el partido por el pellejo, presionar al rival en su mitad del campo de juego, atacar con rapidez por las bandas, enviar hombres adelante a buen ritmo — todas tácticas tomadas del libro de Bielsa.

Es un método de juego que requiere arrogancia y confianza en que un oponente con mucho más talento individual puede ser superado y vencido. Y ahora viene la gran prueba de su filosofía. En términos de talento ofensivo individual, el listón no podría estar mucho más alto. Argentina jugará con Lionel Messi, Sergio Agüero, Ángel Di María, Javier Pastore, y además guarda mucha artillería en el banco. Será el pequeño hombre de Casilda contra el gigante.

Ésta es la primera vez que Sampaoli dirigirá a Chile en un partido contra el país que lo vio nacer. Su país adoptado solamente ha derrotado a la Argentina en un partido plenamente competitivo, un encuentro de clasificación para la Copa Mundial en octubre de 2008 durante el reinado de Bielsa. ¿Podrá Sampaoli emular a su ídolo y dirigir con maestría a su equipo hacia un triunfo que, con un título en juego, sería aún más glorioso?

Argentina sabe qué esperar. «Hay ideas futbolísticas que no se cambian», dice el entrenador Gerardo Martino. «Chile no va a cambiar, tenga a quien tenga enfrente. Nos va a atacar como a cualquiera, con muchísima gente».

Así es, la idea de Chile es la misma, pero la forma en que se ejecuta sufre alteraciones frecuentes. En el torneo actual, por ejemplo, Chile ha utilizado cinco alineaciones titulares diferentes en sus partidos, y parece que serán seis en seis.

Bajo la dirección de Sampaoli, Chile ha alternado entre dos formaciones de base. Contra los oponentes más débiles suele alinear una defensa de cuatro, aunque esto no es del todo real ya que una de las claves del sistema es que los dos laterales puedan salir hacia adelante simultáneamente. Tal vez sería más exacto decir que, en condiciones de superioridad técnica, solamente tienen dos defensores reales.

Contra los rivales más fuertes se protegen un poco mejor. Sampaoli siempre quiere que sus laterales ataquen, por lo que generan un poco de protección extra con la inclusión de un tercer defensor central.

Chile la ha tenido relativamente fácil en lo que va del torneo. En los últimos tres partidos, contra Bolivia, Uruguay y Perú, Sampaoli ha alineado una defensa de cuatro. Pero en el partido contra Argentina, con su impresionante colección de estrellas ofensivas, la situación exige un poco más de precaución. Esto es especialmente cierto dada la ausencia por sanción de Gonzalo Jara, el defensor más rápido de Chile, y las propias dudas de Sampaoli sobre el lado izquierdo de su defensa.

Parece que el entrenador no puede decidirse entre Eugenio Mena, Miiko Albornoz o Jean Beausejour en el lateral desde el cual a Lionel Messi le gusta trabajar sus trucos. La probabilidad es que Francisco Silva quedará dentro del fondo de tres en lugar de José Rojas, quien pareció estar incómodo al reemplazar a Jara contra Perú, y que Mena o Albornoz jugarán a su izquierda, con Mena o Beausejour como zaguero.

Básicamente, esto significa que ha añadido un defensor adicional al equipo, que por supuesto significa que un jugador más constructivo tendrá que abandonar la cancha. La especulación en Chile es que a pesar de sus buenas actuaciones hasta el momento, ese alguien será Jorge Valdivia.

El agil armador de jugadas es el joven terrible del fútbol chileno, prometiendo constantemente más de lo que ofrece — hasta ahora. A los 31 años, Valdivia es consciente de que este es su momento. En mejor forma que nunca, ha aguantado sin dificultades el ritmo de los partidos y ha estado en costante búsqueda de soluciones para desbloquear las defensas abarrotadas.

Pero, ¿Sampaoli confía en él contra Argentina? ¿Considera el entrenador que Valdivia puede sacar lo mejor de un duelo contra Javier Mascherano?

En la última Copa del Mundo, Valdivia jugó (y anotó) en el primer partido de Chile cuando vencieron a Australia, con una defensa de cuatro. Para los partidos posteriores contra España, Holanda y Brasil, Chile introdujo el defensor extra, jugó con tres en el fondo, y Valdivia estuvo en la banca, entrando más tarde en los dos primeros juegos y miró desde afuera el decisivo choque de segunda ronda contra Brasil.

Valdivia generalmente no abre cuando el equipo juega con tres en la defensa. Una excepción fue el segundo partido en el torneo actual en contra de México. Sampaoli dijo antes de ese juego que quería que sus defensores fuesen capaces de jugar uno contra uno con los delanteros oponentes. Pero fue un plan que muy pronto se vieron obligados a abandonar. Con tres en el fondo, dos en los laterales y dos en la delantera queda mucho espacio para que se vean obligados a cubeir los tres mediocampistas.

Con Valdivia como parte del bloque en centro del campo, la defensa quedó expuesta, y mucho antes del descanso, Sampaoli barajó sus cartas y volvió a una defensa de cuatro. Así que si no pudo hacer jugar a Valdivia con un fondo de tres ante el equipo de México, ¿qué posibilidades tiene él contra Argentina?

La ausencia de Valdivia presumiblemente cambiará a Arturo Vidal en la posición central detrás de los delanteros Alexis Sánchez y Eduardo Vargas. Sampaoli tendra la esperanza de que su dúo en el frente (especialmente Sánchez) pueda llegar a Argentina por las bandas, donde se los ha vulnerables en todo el torneo.

Él también ha prestado mucha atención al gol que Argentina concedió ante Paraguay en la semifinal. El equipo de Martino tratará de jugar desde el fondo. algo que, por un tiempo al menos, se hizo difícil por la presión paraguaya, cuyo mejor momento fue con una pelota ganada en la mitad argentina y arremetiendo contra el arco con la pelota en los pies de Lucas Barrios.

Chile intentará presionar mejor y durante más tiempo que Paraguay, lo que significa que habrá mucha responsabilidad en Vidal y Charles Aranguiz para interrumpir los ataques de Argentina. De no hacerlo, podrían dejar a la defensa chilena muy abierta al talento individual de Argentina, un pensamiento que bien pudo haber entrado en las pesadillas de Jorge Sampaoli, mientras se prepara para su gran día.

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