Nairo fue tercero en la etapa reina y le descontó tiempo a Dumoulin
Un problema estomacal jugó en contra de Tom Dumoulin en la etapa 16 del Giro de Italia. El holandés perdió la mayor parte de sus ahorros. Ahora lidera la competencia por 31 segundos sobre Nairo Quintana. Es un respiro, teniendo en cuenta que aún queda mucha montaña por recorrer. Vicenzo Nibali ganó en Bormio y se metió en la conversación. Es tercero a 1:12 del holandés. El ‘Tiburón de Messina’ se convirtió en el primer italiano en ganar una etapa en el Giro del Centenario.
Fueron seis horas y 24 minutos los que necesitó Vicenzo Nibali para ganar la etapa. No fue la más larga, pero sí la más complicada. Con tres ascensos de un alto desnivel. El italiano se quedó con el triunfo por un respiro. Venció a Mikel Landa por la gasolina que le quedaba en el tanque. Por nada más.
Ambos llegaron con los últimos restos a Bormio, la desaceleración y la aceleración en el último kilómetro, marcado por siete curvas terminó de destruir las piernas de los corredores que tuvieron que recorrer 222 kilómetros. Nairo llegó detrás de ellos. A 12 segundos. Su biotipo no dio para bajar al ritmo de Vicenzo Nibali, quien fue con el que inició el descenso en Umbrailpass.
Se quedó unos metros y no fue tan a fondo como sí lo hizo el italiano, quien incluso saltó con su bicicleta un charco que se armó en la bajada. El líder del Bahréin fue por todo y se quedó con todo. Le descontó en la general a Dumoulin y a Quintana y se mantiene con grandes posibilidades en esta edición del Giro de Italia.
El recorrido también tenía el paso por el Mortirolo y la Cima Coppi. Dos ascensos icónicos de esta competencia. Estas subidas no estuvieron marcadas por los ataques. La fuga del día estuvo liderada por tres hombres del Movistar entre los que se encontraban Winner Anacona y Andrey Amador, también estaban Steven Kruijswijk, Mikel Landa, Luis León Sánchez, Igor Anton, entre otros. La ventaja máxima fue de tres minutos. El pelotón principal no los dejó ir más allá.
Fue en el ascenso al Umbrailpass donde todo comenzó a moverse. Inició con el problema estomacal de Dumoulin. El equipo Movistar esperó, mantuvo el paso. Incluso evitó que Ilnur Zakarin atacara. Lo detuvieron y le hicieron caer en cuenta que el líder estaba quedado. Esperaron y esperaron, pero atrás al holandés se le sumaron más problemas, se quedó sin gregarios que lo ayudaran a acercarse al lote y las fuerzas iban mermando por su malestar.
Las cosas se complicaron para Dumoulin, quien nunca se frenó. Intentó e intentó llegarle al lote. Se paró en pedales, pero no le dio. La renta nunca descendió menos de un minuto. Y la espera no podía durar para siempre. Mientras más pasaban los kilómetros a ese ritmo cansino en el que no pasaba nada, más se acababan las posibilidades de un ataque. Así lo entendió Nibali, quien fue el que movió el grupo. Su arranconazo dejó parados en el asfalto a ciclistas como Bauke Mollema, Adam Yates, Thibaut Pinot, entre otros.
Solo le mantuvieron el paso Ilnur Zakarin y Nairo Quintana. Entre los tres se pusieron a prueba en los kilómetros finales para coronar el ascenso. El más fuerte fue Nairo, quien sumó para la camiseta de la montaña. Pero llegó la bajada. El terreno de Nibali, quien se puso en frente y atacó. Atacó sin césar, con todo lo que tenía y rápidamente desprendió a Nairo de su rueda y kilómetros más adelante cazó a Landa y entre los dos sacaron distancia con el colombiano, quien arribó tercero. Nibali ganó en el embalaje final y le dejó un sabor amargo a Landa, quien maltrató su bicicleta con golpes en el manubrio.
A los problemas estomacales de Tom Dumoulin se sumaron los calambres mientras descendía. El holandés estuvo al límite, sufrió como nunca había sufrido. Pero se batió como un león. Defendió a capa y espada la ‘maglia rosa’. Llegó a un poco más de 2:20 segundos y mantuvo el liderato de la general. Son 31 segundos. No es nada para toda la montaña que viene, pero el holandés aún tiene el liderato y se mantendrá vestido de rosa por lo menos por un día más.
Este miércoles en la etapa 17 se vivirá un recorrido de 219 kilómetros entre Tirano y Canazei. Habrá tres premios de montaña: dos de segunda y uno de tercera categoría y la llegada será en un falso plano ascendente